La disciplina positiva, como nuevo método de crianza, desarrolla y fortalece la regulación emocional de niños y niñas. El manejo de herramientas asertivas en la educación de nuestros hijos e hijas ayudará a forjar adultos responsables emocionalmente. En el blog de hoy te contamos cómo es que se está tomando más conciencia sobre este modo de crianza, sus beneficios y más.
Madres y padres responsables con llevar una disciplina positiva
La disciplina positiva alienta a ser conscientes del trato hacia los hijos e hijas y acompañarlos a transitar por el remolino de emociones que pueden sentir. Atrás quedaron los gritos para corregir, ahora se trata de entender la raíz del comportamiento sin juzgar ni ser prejuiciosos. Se aprende a gestionar la rabia, el miedo, la frustración sin castigos ni reprimendas, pero sí con herramientas adecuadas.
La disciplina positiva no significa que el niño o niña puede hacer lo que le dé la gana o que no se le den responsabilidades. Se trata más bien de una educación basada en el amor y el respeto hacia ellos y ellas como personas individuales. Es importante establecer normas en casa y mostrar desaprobación y consecuencias lógicas cuando estas no se cumplen.
Este es un método que requiere madres y padres responsables dispuestos a poner esfuerzo, tiempo y dedicación. Los resultados se obtendrán a largo plazo y no se limitan únicamente a la educación de los niños y niñas, sino que también mejora la convivencia en familia.
¿Cuáles son las herramientas para una disciplina positiva?
1. La importancia de las rutinas
Que los niños y niñas tengan una rutina contribuye de manera primordial en la disciplina positiva. Es una herramienta que ayuda a dar estructura a la vida diaria familiar, fluidez en las tareas y otorga seguridad porque todos se sienten responsables y capaces. Puedes elaborar una tabla de rutinas sencillas de acuerdo a la edad y capacidades de tus hijos e hijas en la que se incluyan las actividades básicas del día.
2. Validar emociones
Es probable que la mayoría de madres y padres responsables con una regulación emocional no la hayan tenido de pequeños. No se hablaba de las emociones o seguramente se las oprimía y criticaba. Ahora, la crianza basada en una disciplina positiva incentiva a todos los miembros de la familia a transitar sus emociones y validarlas de manera respetuosa. Ya no es posible decir “no llores” o “¿por eso estás llorando?”, porque ahora se trata de dejar fluir las emociones sin prejuicios.
3. Tiempo de calidad
Con una disciplina positiva los niños y niñas necesitan de papá y mamá de igual manera. Pasar tiempo de calidad y compartir sus actividades favoritas les hará sentir valiosos y amados. Su necesidad de pertenencia estará cubierta y se generarán conexiones que serán importantes para transitar los años de adolescencia. Dale un vistazo a las actividades para hacer en familia y planifica un divertido fin de semana junto a toda la familia.
4. Empoderar
La disciplina positiva ofrece herramientas para usar un lenguaje que haga sentir a los hijos e hijas capaces de tomar sus propias decisiones. Además, como madres y padres responsables con su regulación emocional, los harán sentir seguros de sí mismos. Empoderar significa fortalecer su autoestima confiando en su propio criterio y dejándolos equivocarse asumiendo responsabilidades.
5. Autocuidado
Las tareas del colegio, la rutina de la casa, las actividades extracurriculares pueden llegar a abrumar a los niños y niñas. Por eso, las madres y padres responsables con un método de crianza positiva saben que, aunque es importante que los hijos e hijas se mantengan activos, no es bueno saturarlos. El exceso de responsabilidad los puede llevar a un estado de estrés que tendrá consecuencias en la vida familiar.
¿Cuáles son los beneficios de fomentar una disciplina positiva en los hijos?
Los niños y niñas se hacen fuertes emocionalmente, capaces de afrontar los retos de la infancia y el futuro en la vida adulta. Veamos a continuación cómo ayuda la disciplina positiva en la crianza:
- Se sienten amados, valorados e importantes tomando en cuenta sus necesidades, gustos, inquietudes o deseos. El sentido de pertenencia que desarrollan les permite construir una autoestima sana y sentir que crecen en un lugar seguro.
- Se fomenta la conexión y empatía entre madres, padres, hijos e hijas y permite educar desde la calma y la comprensión sin juicios de valor o etiquetas que dañen la relación. Reduce, además, los niveles de estrés y los conflictos sin sentido en el día a día. Aprender a hacer críticas constructivas es una gran herramienta en la disciplina positiva, así el niño o niña no se sentirá atacado cuando señales sus actitudes.
- Ayuda a los niños y niñas a desarrollar un mayor autocontrol de sus conductas, previniendo así posibles problemas de comportamiento. Aprenden importantes habilidades sociales que les ayudan a dar respuesta a nuevos desafíos y a considerar el error como parte imprescindible del aprendizaje.
- Favorece la comunicación afectiva y una escucha activa facilitando las conversaciones con todos los miembros de la familia. Son capaces de expresar con libertad aquello que sienten o necesitan y buscan soluciones a los conflictos premiando el esfuerzo que hacen para poder conseguir lo que desean.
Una disciplina positiva es el estilo de crianza que mamás y papás deben aplicar con los hijos e hijas. Ya no se puede corregir a los gritos porque las consecuencias solo serán actitudes rebeldes y comportamientos retraídos. La comunicación y el respeto son la clave para llevar una relación sana y las consecuencias serán gratificantes al ver a nuestros hijos seguros y capaces de afrontar retos. Puedes leer artículos similares a “Herramientas para una disciplina positiva” en nuestro blog.
Bibliografía
Quicios, B. (2021) Técnicas de disciplina positiva para niños. Guia Infantil