Cuando hablamos de inteligencia emocional nos referimos a la capacidad de manejar nuestras emociones de acuerdo a ciertos aspectos o situaciones. Ser empáticos, controlar el enojo, comunicar de manera efectiva, resolver conflictos, supone haber alcanzado un nivel alto de inteligencia emocional.
Para niños, niñas y adultos manifestar las emociones a través de conductas asertivas no es tarea sencilla. Debe existir un trabajo previo de autoconocimiento y conocimiento de las emociones que conlleva al buen albedrío para la toma de decisiones.
Como seres racionales, pero también emocionales, la inteligencia emocional y la toma de decisiones van de la mano inevitablemente. Entonces, ¿no sería más fácil decidir entre una u otra opción si somos conscientes de lo que nos generan? En el blog de hoy te contamos qué tan importante es la inteligencia emocional para regir nuestras vidas.
Los efectos de la inteligencia emocional y la toma de decisiones
Tradicionalmente, las decisiones suponían que nuestro cerebro procesaba la información siguiendo reglas formales y estrictas, sin que las emociones fueran parte del proceso. Hoy, las personas con alto grado de inteligencia emocional saben razonar sobre lo que sienten para luego tomar una decisión.
El razonamiento lógico ayuda a reconocer las emociones de manera más clara y precisa. Cuando nos planteamos diversas opciones sobre una situación en específico, estas van a generar sentimientos en nosotros. Si tenemos inteligencia emocional será fácil identificar qué emociones genera cada opción para tomar una decisión.
Si no fuéramos capaces de identificar los sentimientos que nos generan nuestras posibles decisiones, entonces no sabríamos qué acción es más relevante que otra. Las decisiones no son posibles sin emociones que permitan asignar sensaciones a cada posible decisión. El comportamiento humano no está únicamente controlado por la emoción, sino por los resultados de la interacción de estos dos procesos.
¿Cuáles son los tipos de inteligencia emocional?
El psicólogo Daniel Goleman divide la inteligencia emocional en dos tipos:
1. Inteligencia intrapersonal
Es la capacidad que tenemos los seres humanos para comprender lo que estamos sintiendo. Ser conscientes de nuestro estado de ánimo y actuar acorde a este conocimiento para cambiar o mejorar. Esta clase de inteligencia emocional se relaciona con tres elementos:
a) Autoconocimiento:
Este tipo de inteligencia emocional consiste en reconocer los sentimientos que habitan en nosotros y cómo estos pueden afectar nuestras acciones.
b) Motivación:
Este tipo se relaciona con el compromiso de llegar a los objetivos que nos planteamos y qué actitud tomamos frente a las adversidades.
c) Autorregulación:
Las técnicas de autocontrol son esenciales en la inteligencia emocional. Controlar la duración de nuestras emociones y que tanto influyen en nuestras decisiones es vital.
2. Inteligencia interpersonal
Es la capacidad de las personas que tienen para comprender a los demás, la manera en cómo nos relacionamos con ellos. Esta clase de inteligencia emocional refiere dos elementos:
a) Empatía:
Consiste en ponernos en el lugar del otro para entender sus necesidades y aprender a comunicarnos correctamente.
Habilidades sociales:
Las buenas relaciones interpersonales guían a las personas al éxito, ya que pueden lograr más cosas con liderazgo, gestión de conflictos, cooperación y trabajo en equipo.
Alcanzar un alto nivel de inteligencia emocional requiere esfuerzo y consciencia de un trabajo honesto con uno mismo. Es importante que estas capacidades se desarrollen desde pequeños para tener un mejor desenvolvimiento en la vida adulta.
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Bibliografía
Ahumada, S. Inteligencia emocional en la toma de decisiones. IEDGE Business School.
Sanchez, E. (2022) Los 7 tipos de inteligencia emocional y sus funciones. Psicología y Mente.