Educar con inteligencia emocional

Educar en inteligencia emocional hoy en día, en un contexto familiar donde los padres estamos menos presentes y estresados por cubrir las necesidades básicas de nuestro hogar y en una sociedad donde la inseguridad es un tema que nos afecta a todos se convierte en todo un reto. Como padres y como personas que convivimos con esta realidad, se nos hace muy importante tener políticas que contribuyan a una mejora, pero ¿eso es todo? Muy pocas veces asumimos nuestra parte, siempre estamos a la espera de que el otro sea quien nos dé la solución, cuando en realidad podemos hacer mucho más. Comencemos a trabajar desde las familias.

Importancia de la inteligencia emocional 

Hoy en día se sabe que la inteligencia emocional es tan importante como la inteligencia académica; no trabajan por separado, más bien se complementan. Por ejemplo, puede existir una persona con muchos estudios, títulos, etc., pero si en el trabajo genera un clima laboral inadecuado, lamentablemente muchas empresas prefieren prescindir de sus servicios. En una familia donde los padres entran en conflictos constantes, generan hijos que en más de una ocasión estallan en crisis emocionales, afectando también por ende su motivación frente a los estudios.

El papel de los padres en la educación emocional 

Para educar en inteligencia emocional a nuestros hijos es necesario comenzar trabajándolo primero en uno mismo. Se ha observado que se logra un mejor impacto cuando trabajamos con ellos desde nuestras propias vivencias; de esta manera podemos ser más empáticos a la hora de educar. Si un padre o madre no está convencido de los efectos de la inteligencia emocional en su vida, lamentablemente los consejos que le dé a su hijo/a se convertirán en un cliché que al poco tiempo se dejen de lado.

Definición de inteligencia emocional

El término inteligencia emocional define la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos, de motivarnos y de manejar adecuadamente las emociones en nosotros y en nuestras relaciones.

Autoconocimiento 

El autoconocimiento como parte de la inteligencia emocional es la conciencia de nuestros propios deseos y motivaciones, los modos de reaccionar ante diversas situaciones de la vida. Es fundamental, puesto que nuestras experiencias del pasado o de nuestra propia infancia y adolescencia se hacen presentes en el momento de educar y guiar a los hijos. Tomar conciencia nos permite tomar control de ello; de lo contrario, no es extraño que, incluso de manera inconsciente, desarrollemos patrones educativos que se contradicen con lo que hubiéramos deseado transmitir.

Por otro lado, dar nombre a la emoción es muy útil para que la persona pueda adueñarse de su propio sentimiento, evitando entrar en descripciones muy vagas de lo que experimenta, como por ejemplo: “tengo un nudo en la garganta”, “se me encoje el corazón”, en vez de decir “estoy triste porque no puedo comunicarme adecuadamente con mi hijo”. Esto nos permitiría tener más en claro lo que sentimos y qué podemos hacer frente a nuestra emoción, como respirar, recordar que la emoción no dura mucho tiempo y por ello debemos darnos un tiempo para calmarnos. Evaluar mejor la situación pensando en soluciones como buscar el mejor momento para hablar con él, donde esté más tranquilo, comenzar indicándole sus aciertos y después lo que deseamos que mejore en él, tratando de ser asertivos, estableciendo acuerdos, etc.

Aceptación de las emociones 

Un tercer elemento es aceptarlos; las emociones no son malas ni buenas, son respuestas iniciales frente a un problema. Lo que queda después es comenzar a trabajar en soluciones. Es normal y natural que te enoje la conducta de tu hijo, pero tienes que ser parte de la solución y no del problema. Gestionar tus emociones te permitirá orientar mejor a tu hijo/a, evitando desfogar toda tu cólera en él y generar un cúmulo de emociones negativas y sentimientos de rechazo hacia ti.

Entrenamiento diario de la inteligencia emocional

 La inteligencia emocional es como un músculo que debemos entrenar a diario, conociéndonos, identificando las emociones, respirando, resistiéndonos a los impulsos, pensando antes de hablar, tomando unos momentos para calmarnos y buscando el mejor momento para expresar lo que sentimos. Esto nos permitirá conectarnos de una mejor manera con nuestros hijos, comprender por lo que pasan y orientarlos.

Puedes leer artículos similares a “Educar con inteligencia emocional” en nuestro blog. Además visita nuestra página y conoce nuestra metodología PAMER

Referencias:

https://www.redalyc.org/pdf/5826/582663868009.pdf

Redalyc.La Inteligencia Emocional en estudiantes de Ciencias de la Ingeniería

https://www.madrid.org/bvirtual/BVCM007172.pdf

BVCM007172 Inteligencia emocional: el secreto para una familia feliz

Deja un comentario