Desde siempre los juegos, en sus diversas formas, han estado acompañándonos en nuestro desarrollo de manera inconsciente, pero hoy en día la metodología Game Based Learning defiende su uso para aprender a través de ellos y unos de los más usados son los juegos de mesa. Estos permiten que los niños puedan construir sus propios conocimientos a través de la experimentación, exploración e investigación; procesos claves para un aprendizaje realmente significativo.
A la vez, son portadores de un pilar de la neurociencia: La emoción. Sin esta no hay aprendizaje y el juego es un estallido de emociones y acción.
El juego de mesa es un recurso ideal para educar a nuestros hijos sea cual sea su etapa educativa, dan protagonismo a los participantes (nuestros hijos) ya que son ellos quienes actúan, prueban, experimentan, reflexionan. De esta forma conseguimos una educación activa y consigue resaltar muchas cualidades de nuestros hijos que no habíamos percibido anteriormente, incluso ni siquiera por ellos mismos.
“Puedes descubrir más de una persona
en una hora de juego que en un año de conversación”
– Platón
Definitivamente, la utilización del juego como estrategia de enseñanza puede emplearse desde distintos ángulos, combinar la enseñanza con la diversión que proporciona el juego, convierte al aprendizaje en divertido, motivador e interesante.
Finalmente, los juegos de mesa son una herramienta que permiten potenciar las habilidades y capacidades como las siguientes:
- Aumenta las habilidades de comunicación:En todos los juegos es necesario comunicarse, desde explicar la jugada que se va a hacer hasta negociar con los demás. Estas habilidades se van fortaleciendo y luego se generalizan a otros ambientes cotidianos, haciendo que los niños se expresen mejor.
- Desarrolla habilidades sociales:La mayoría de juegos de mesa consisten en seguir turnos, cooperar con otros jugadores haciendo equipo para alcanzar un objetivo común: resolver conflictos. Todas estas habilidades que se desarrollan al relacionarse, empatizar y entender al otro, se pueden practicar a través del juego, y una vez aprendidas, estarán presentes en el día a día.
- Desarrolla la perseverancia, la paciencia y la capacidad de concentración:Para muchos niños es difícil mantener la atención en una misma tarea durante mucho tiempo, se cansan o abandonan al ver que no hay resultados inmediatos. En estos casos ¿qué mejor que ayudarle a través de un juego? Ver que va avanzando y que va obteniendo recompensas por su perseverancia lo mantendrá motivado. Progresivamente se volverá más paciente y su capacidad de concentración irá aumentando al igual que su atención y memoria.
- Mejora la Autoestima:Todo juego tiene una recompensa final como resultado de hacerlo bien. Ese sentimiento hará que el niño se sienta valioso, orgulloso y hábil en aquellas áreas que haya puesto en práctica. Cuanto más variados sean los juegos, más habilidades irá desarrollando y su autoestima irá creciendo en todas esas áreas. Haciendo que el niño se sienta capaz de hacer frente a los retos que van apareciendo, porque sabe que puede resolverlos por sí mismo.
- Perfecciona la planeación y toma de decisiones:La mayoría de juegos de mesa requieren elaborar una estrategia para resolver un problema o de la toma de decisiones para conseguir el objetivo. Los niños que han desarrollado estas habilidades a través del juego, luego se desenvuelven mucho mejor en ambientes cotidianos, mejoran su velocidad de procesamiento y toman mejores decisiones porque han aprendido a tener en cuenta las condiciones de partida y a partir de ellas, dirigirse hacia el objetivo
- Aprenden a ganar y a perder:En los juegos, nunca sabes qué ocurrirá. Quizás un jugador hace una jugada maestra que de repente le convierte en ganador, o al contrario, su suerte cambia y su estrategia se tuerce. Todo esto provoca una serie de emociones que se van intensificando hasta el momento final. Tolerar la frustración de perder, no echar las culpas a los demás, aceptar que otro jugador lo hizo mejor y felicitarle, es algo que se va aprendiendo a través de las experiencias. Cuantas más veces juegue más flexible y comprensivo será con el resultado final.
- Aprenden a aceptar las reglas:Jugando aprenden por qué es tan importante seguirlas, entienden que estas reglas son para todos, que permiten la igualdad de oportunidades y, en definitiva, que es beneficioso cumplirlas. Esto hará que en su día a día les sea más fácil aceptar las normas.
- Generar complicidad y confianza entre los miembros de la familia:La confianza familiar es un lazo de pertenencia indestructible que se tiene que construir, esta aporta seguridad y satisfacción. Los juegos en familia enriquecen el desarrollo de esta al ponerlos en situaciones de complicidad para poder alcanzar la victoria. En un futuro tus hijos serán capaces de contarte sus dudas y estarás orgulloso de tener la posibilidad de ayudarlo a afrontar sus problemas.
- Mejora su percepción visual:Para ganar hay que estar al pendiente de todo lo que pasa en el tablero en todo momento, esto incluye los movimientos de los otros jugadores que pueden suceder al unísono, tener la capacidad de no perderse ningún detalle se entrena con constancia y mucha diversión si es que eliges utilizar un juego de mesa con tus hijos.
Por otro lado, no solo nuestros hijos son los favorecidos con esta práctica lúdica; en nuestro mundo lleno de responsabilidad, dejamos poco o ningún tiempo en ejercitar habilidades cognitivas que mantengan óptima nuestra capacidad productiva. Ejercitarnos con juegos de mesa constantemente promueve ser un óptimo profesional y ser mejor padre.
Beneficios de los juegos de mesa para adultos:
- Mantener las capacidades de aprendizaje activas: Para estar intelectualmente en forma, es necesario poner a trabajar tu cerebro, hacerle aprender y poner en práctica habilidades diferentes a las que usas en el día a día. Por ello, disponer de varios juegos de mesa te ayudará a mantener tu agilidad mental y mantener o incluso mejorar tus capacidades.
- Usar tu creatividad: La mayoría de juegos permiten desarrollar nuevas reglas para variar la dificultad del juego, darle mayor emoción, adaptarlo a otros objetivos… Así, con un mismo juego puedes desarrollar tus propias variantes y poner en marcha tu creatividad.
- Conocer mejor el carácter de los demás y el tuyo: A través de un juego puedes ver quién es más competitivo, a quién le cuesta más perder, quién sabe negociar, quién es más observador y cauto. Esta información no sólo te permite conocer mejor las reacciones de los demás, sino también, anticiparlas y gestionarlas cada vez mejor.
Desde PAMER te invitamos a recorrer un camino de gamificación educativa con tu hijo, donde lo podrás conocer de otras maneras, enlazándote con él y caminar juntos hacia el éxito.