¿Sabías que puedes transformar las discusiones con tus hijos en negociaciones educativas?
Saber lidiar con estas discusiones no sólo acabará con el problema, sino que ayudará a desarrollar distintas habilidades en tu hijo preparándolo para un mundo cada vez más competitivo, ¿Cómo se logra? Pues negociando con ellos, de esta manera generarás un espacio de comunicación entre padres e hijos. En esta nota te contaremos cómo.
El primer paso es identificar las barreras de comunicación con tus hijos, aquellos elementos que te llevan directamente a lo que queremos evitar: la discusión.
- Patrones de respuesta: Es usual que en los hogares se repitan las mismas situaciones una y otra vez debido a que somos seres con hábitos, por lo que algunas veces caemos en los mismos patrones de respuestas que nos llevan a desatar una discusión.
La estrategia es romper con esta cadena de sucesos de raíz, y esto es tan fácil de lograr como cambiando palabras simples de nuestro lenguaje. Como padres nos veremos envueltos en una situación crítica y debemos evitar hablar en segunda persona. No llevar toda la situación al YO y como YO me siento con esta situación, sumando a ello propuestas en vez de críticas o apreciaciones personales. Aquí la inteligencia emocional será tu mejor herramienta. - Las negociaciones espontáneas: A diferencia del trabajo donde usualmente se pactan reuniones donde sabemos qué negociaremos con otra persona sentados en una mesa, en casa los desacuerdos aparecen de un momento a otro, por lo cual necesitamos mecanismos que nos lleven de esa situación a la comunicación.
Escuchar antes de reaccionar es importante para dar el primer paso, dejar que nuestro hijo se exprese, expulse todo lo que tiene dentro no solo lo tranquilizará si no que entenderá que estamos dispuestos a escuchar, también es importante pedirle la misma apertura cuando ellos hayan terminado y sea nuestro turno de hablar. - Manipulación emocional: Los hijos juegan con elementos que no se dan en una negociación entre colegas o profesionales porque saben que no serán despedidos. Estos elementos son emocionales y muchas veces se llevan a extremos por ambas partes.
La manipulación emocional es un elemento peligroso que hay que erradicar de las negociaciones ya que el fin principal de esta es el “i win you win”, que ambas partes se sientan conformes con los acuerdos alcanzados, pero si una de estas partes cedió algo por la manipulación emocional de la otra parte, se desvirtuará la negociación ya que no estarán protegidos los intereses principales de ambas partes.
Recuerda que los acuerdos logrados en las negociaciones no solo resuelven los problemas, también evitan su recurrencia y fortalecen las relaciones al mejorar la dinámica familiar.
Ahora que tienes la cancha lista para empezar a negociar te daremos algunos tips para llevar a cabo una negociación exitosa.
- Anticipación:
Toma la iniciativa y expón los términos de la negociación, deja clara la visión de los intereses que como padre tienes desde el primer momento para que las contraofertas y expectativas de tu hijo vayan en esta dirección, esta actitud proactiva se impregnará en tu hijo. - Oferta y contraoferta:
Ya tienes claro que el primer paso es escuchar, pero luego en base a lo escuchado tienes que tomar acción y proponer una solución que creas que será beneficiosa para ambas partes. - Manejo de opciones:
Plantea dos o tres opciones en lugar de una sola propuesta cerrada, esto facilitará que los hijos digan que sí, ya que el hecho de poder elegir les da una sensación de control sobre el proceso y resultado. - El qué y el cómo:
Recuerda que no solo debes pensar en lo que dices si no en el cómo lo dices, las palabras que uses, la entonación que elijas y tu expresión corporal serán muy importantes, recuerda que no solo estas negociando con tu hijo, también le estas enseñando a hacerlo. - El silencio:
En determinados momentos, el silencio puede ser una herramienta muy poderosa, ayuda a no precipitarse a la hora de aumentar las ofertas o de hacer concesiones prematuras, propiciando que sean los hijos los que contribuyan con sus aportaciones. - Posible conflicto:
Frente a un conflicto no se debe reaccionar sin tener una estrategia adecuada, cuando esto ocurre debes posponer la conversación, es importante enseñarles que el control de emociones da la lucidez necesaria para poder leer entre las líneas del interlocutor. - Autoritarismo:
A diferencia del trabajo, como padres hay muchos puntos que no son negociables, sin embargo, hay que limitar el número de veces que se dice “Porque yo lo digo”, ya que si esta frase se pronuncia demasiado a menudo pierde su eficacia, y explicarles a los hijos cómo se toman algunas decisiones, teniendo en cuenta los criterios y objetivos para que no lo vean como autoritarismo, si no como un acto de cuidado hacia ellos. - Co-Creación:
Uno de los métodos de negociación que más defienden los expertos, es la co-creación de normas, es decir, la búsqueda de soluciones de manera conjunta, que satisfagan al menos una parte de las demandas de cada parte. Este punto es tan importante que dedicaremos un blog entero a mostrarte cómo co-crear normas de convivencia e incentivarlo a dar su opinión para lograr grandes cambios en tu hijo. - Mediación:
Algunas situaciones escapan de nuestras manos, otro miembro del núcleo familiar puede ser de gran ayuda para mediar la negociación. Si no es suficiente, quizás sea necesaria la colaboración de un familiar no tan cercano o incluso la de un profesional si lo amerita.
Negociar es todo un arte y no es fácil, se necesita de orden, paciencia y, sobre todo, voluntad de pactar una solución al conflicto, llegar a un acuerdo donde no haya vencedores ni vencidos, donde ambas partes ganen y pierdan algo es un ejercicio de tolerancia y de convivencia; es una forma de educación para la paz y la manera más efectiva de involucrar a los hijos en las cuestiones disciplinarias.
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